martes, 7 de marzo de 2017

Romance

Romance XXXIV


Para maldecir tu nombre vengo
Para atestiguar que no hemos sido camaradas sino enemigos
Para trastornar tu noche que se me cae de las quijadas
Para no entorpecer la genial manera que tienen tus palabras
de alejarte de lo que amas
Para enaltecer el nombre de tu ego masacrado
Para entenderme con tus vísceras
Para no errar ahora el tiro
Para compenetrarme de tu ausencia que se me viene de frente en los caminos
Vengo para maldecirte
Para arrastrar conmigo tus caricias
Para llevarte donde no te llevarán nunca tus palabras
Para que lo que de mí te quedaste se quede conmigo
Para no regresar nunca
Para entender que palabras como siempre o nunca crean abismos
Vengo para decirte que te amo sin remedio
Y si acaso alguna duda hubiera, ve mi mano: la calibre 38 es más elocuente que yo.


II


No estoy aquí para contestar tus preguntas
Ni siquiera para volver a llevarte a donde acostumbraba
Luego de haberte hecho el amor como nadie
Cuando entendiste que no era necesario amarme
Es más, era peligroso, por no decir imposible.

Mírame
Abro la boca y mejor me callo
Me tiendo a tu costado y quedo en silencio
¿quieres otra muestra de mi suicidio?



III



Ya no te diré tócame
Ya nunca pediré lo que no quieres darme
Resplandezco
Y no será tu fuego el que me halle encendida
Ni será tu boca el lugar del delirio
Nunca más
Como quien invoca un conjuro lo digo:
Nunca más.



IV


Arrebátame de ti otra vez
Como cuando hablaste del océano
Y había millones de minutos entre nuestros cuerpos
Di otra vez el designio
Marca la ley, arrástrame lejos
No quedará tu palabra en el viento
Tomó posesión de su morada en lo más profundo del sueño:
Arrebátame
Desóllame
Olvídame.


V


Ya no le pregunto a la nube gris en la tibia tarde
Como elaborar el pase mágico que haría aparecer todo lo amado
Porque he perdido la ruta
 Y ya no sé lo que amo.


VI

Era tu nombre, tu cabello
Era la casa de tu lengua: tu boca
Era ese lugar de tu cuerpo
Era el silencio
Era la rabia
Eran tantas y tantas cosas
Que no, ya nada recuerdo
Sólo que era mi voz
Sin tu oído
Cantando.

VII

Vuelvo a recoger del fondo de mi alma
La piedra gris de tu presencia
La acaricio en mi mano
Y busco el cristal con que romperte.

VIII

Nada tiene piedad
Nada cambia sus colores porque diga un nombre
El mundo es tenaz y recurrente
Mis palabras son como cestas que oculto tras un árbol
Porque nadie quiere, ya lo sé,
Los frutos que a la semilla de tu nombre le nacieron.


IX

Ese rojo lumbre
Ese ulular de la sirena
Este estar amarrada a mi cuerpo sin remedio
Son las únicas ofrendas que te ofrezco
Dios del hastío
Dios de lo siempre inacabado.

X

Nadie dice nada
Nada dice algo
No habrá voz
Y entonces habré descansado
Voy en el camino
Al volverme veo que nada dice nada
Y nadie, aunque dijera tu nombre,
Me diría nada.

 XI

Escampa
Eso dicen tras la lluvia
Mis huesos callan
Pero un cántaro roto: ese filo que se me atraviesa en la garganta
Es el único vestigio de la lluvia
Que me mata.

XII

He incendiado tu nombre
He barrenado tu recuerdo
He hecho en mi cuerpo el hueco donde no vendrás
Y quisiera ser de azufre
De óxido de cobre
Para que si te tocara
Con estos labios de ácido
Con estas manos desnombradas
Apenas con el filo de la mirada
Si te tocara
Enmudecieras para siempre.


XIII

Labro pues las aguas
Me reconforto si veo venir tu silencio
Sé que callarás todo lo no dicho hasta el final de los tiempos
Me acomodo al viento
Abro las alas, diría, si no fuera una mentira
Que mirarte y volar
Fue una misma cosa.


XIV

Inserto en el hueco de tu nombre
Otra piedra gris, luego una mansedumbre me disuelve
En la oquedad de tus manos,
En el silencio vertiginoso de tu vientre
En esas palabras que te definen más que a mí
Me abro las venas
Me corto el silencio y vienen y van estas palabras
No son de sangre, son de atardecer, son de estertor
Son de lluvia
Son lo que no soy
Porque no te amo

XV

Cascadas
Lunas
Silencios
Y la piel del que no se nombra
La sórdida caricia
Son como talismanes
Como muros
Como huellas
Como ráfagas
Son en esencia la materia con que te formo
Una vez que has muerto
Soltándote de mi mano.

XVI

Como un hombre muerto
Vas escoltado por siete pares de peces
Son seiscientas marismas las que te envuelven
Inocentemente ríes
O manoteas
Pretendiendo huir del homicidio
Porque crees que todo es un juego
Un tonto juego de palabras.

XVII


Estoy rompiendo los instantes que a tu paso
Eran como abrevaderos de palomas
Estoy cavando para que el hueco de mis manos
Sea la cueva donde esconderme del espanto
Del indecible horror que habrá de estremecerme
Luego de cubrir mi cuerpo entero con la sangre
Que manará de tu cuerpo destrozado.

XVIII

En esta habitación no hay un fuego vivo para estremecernos
No hay música dulce para arrullarnos
En esta habitación no hay nada más que tu nombre roto
Que mastico con dificultad
Y el par de piernas que me atan a la tierra
Mientras lo escupo
Vaciándome de ansiedad.


XIX

Si hubiera algo que temer
No será al vacío que me regala tu rotundo NO
Ni al odio que me atenaza las entrañas
Tampoco a la indiferencia que poco a poco me va naciendo en las arterias
Si hubiera algo a que temer
Sería a la ausencia de mi propia sangre
Porque sentirla, tibia
Es sentirme a salvo
Libre de ti
Libre de mí.




XX

Soy mi sangre
No soy mi voz
Soy mi impulso hacia lo vedado
Soy una rama de futuro que florece
Inevitable
Tenaz

XXI

Así tendré mi nombre bien apretado dentro del puño
Seré la ceguera voluntaria
El haz de luz que te calcine
El filo que te rompa
La materia intransigente con la que te ahogues
“no somos nuestros”
Alguien dijo
No somos lo que fuimos
¿y qué importa?
Jamás lo seremos.

XXII

Que me quiten tu nombre de las manos
Apenas son las cuatro
Que me lancen de cabeza al universo vasto y negro
Ya son las once
Y nada cicatriza
todas las lajas,
las piedras inconformes que cubren tu cuerpo vida mía
no han sido capaces de cantar
la canción que tu calavera exige
el homenaje atonal que a tu ausencia de sangre canto
el triste par de sílabas que atestiguan
tu condición de cadáver
tu verdadera vida.


XXIII


No voy a decirte como soy
Bien que lo sabes
Y te ejercitas en definiciones varias
Que te valga por este día
Porque el único nombre que tengo ganas de tener
Es el de asesina.


Sueño con cerrar esa puerta por donde se me sale el alma
pero no estoy segura
¿será mi condición ser vaso trizado?

XXIV

Sin la complicidad del instante recurrente
Me bebo a sorbos la nube de tu olvido
Se me llena el rostro de rastros de esa nube oscura
Fuera del tiempo me tiendo en tu abrazo:
Intemporal
Mentido
Nadie dirá que mi asombrada rabia
Carece del punto muerto que me maniata
Ese punto luminoso donde la mirada pace

Donde se come a puños las imágenes ya muertas.